Qué poco dura

Casi imperceptible…

como el filo de una hoja de papel al cortarte
o la fugacidad de una canción que te gusta mucho mucho
sonando en la radio;

como el chasquido de la lengua
que desaprueba lo que está sucediendo
o la escena más importante de la película
que pasa completamente desapercibida;

como la pelota que recibe el impacto del botín
y vuela para clavarse en el ángulo superior izquierdo
o el aleteo de esa pequeña mariposa que no llegó a posarse
sobre la rosa amarilla;

como el sol sumergiéndose en el mar al atardecer
o el fin de semana evaporándose en 48 minutos pasajeros;

como las milanesas con papas fritas de la abuela
que limpiabas de tu plato en dos bocados
o la taza de chocolatada caliente vaciándose de un sorbo reconfortable
en una merienda cualquiera de invierno;

como el aroma repentino que te sacude la memoria
y te devuelve 50 imágenes imborrables de tu infancia
o la bombucha naranja que te estalla en el antebrazo
e inicia una guerra imposible de posponer con tus vecinxs
un domingo de calor insoportable;

como ese beso mezquino que te di en la puerta de casa
por miedo a que me vea un conocidx
o el súper abrazo en la esquina de la Plaza del Vagón
después de decirme que me extrañabas;

como la llamada telefónica en la que me negué
a escuchar tus excusas y no sé ni para qué atendí
o las ganas estallando mucho antes que nuestros cuerpos
al primer contacto de nuestras pieles.

Casi imperceptible…
así de breves,
así de instantánexs
fuimos unx en la vida del otrx.

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