La verdad es que odio los balances de fin de año. Tal vez los odio porque siempre pesa más lo que no queremos ni recordar, pero esta vez salió así: 365 días de lo bueno y lo malo, todo absolutamente necesario para aprender y seguir creciendo.
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Menos mal que no arrugamos
Cómo hago para quedarme más tiempo…
Nada es definitivo
Qué afortunadxs somos al entender que NADA es definitivo.
Algo más sublime
Esa maldita manía de creer que necesitamos algo más sublime que lo que está ocurriendo.
Priorizarse
Priorizarse a unx mismx después de una fuerte sacudida no es egoísmo, sino cuidar lo poco que sigue intacto del espacio que habitamos.
Destiempo
Algunas pequeñas señales que delatan el destiempo.
Mon amour
Nacemos con un tipo de amor impuesto y, con el tiempo, entendemos que no es más que otra construcción del sistema que podemos desarmar tantas veces como nos sea necesario para vivirlo a nuestra forma.
Todos los lugares que amé
No todas las vueltas significan un retroceso; muchas veces, quien regresa es otra persona que ama esos viejos lugares un poco más que antes.
Simple recuerdo
No es necesario acariciar los escombros para reconocer la ruina.
Resignificar la pausa
La calma, la pausa propiamente dicha, es necesaria antes de un nuevo comienzo.
Huecos de magia 