No sé hace cuánto estoy suspendida
en la nada.
Soy como una pluma que va y viene
por la inercia del viento
sin llegar al cielo,
sin tocar el suelo.
Hace algunos otoños
la idea de deslizarme por los aires
me agradaba.
Estuve mucho tiempo soñando con volar
sin tener que rozar la superficie de este mundo.
Ahora me gustaría estar conectada
con algo más que mi cabeza,
algo distinto,
algo físico y real
que pueda mantenerme con los pies en la tierra.
No te creas ese versito de la sensación de flotar,
es frustrante no poder aterrizar.