No quiero coleccionar otro chat en la memoria del celular,
quiero que materialicemos la charla.

No quiero pedir media,
quiero pedir la pinta entera.

No quiero el estribillo,
quiero que me toques toda la canción.

No quiero tu anécdota en Nueva York,
quiero que nos riamos de esa vez que despertaste como un tomate en la playa de Santa Teresita.

No quiero que nos estanquemos en un beso y un “hasta luego”,
quiero que incendiemos cada telo de la ciudad.

No quiero que te gane el orgullo,
quiero que te dejes llevar.

No quiero ver la llamada perdida,
quiero que insistas hasta que te responda.

No quiero que te quedes en el envido,
quiero que me cantes ¡RETRUCO!

No quiero el paseíto en lancha por el Tigre,
quiero que tomemos unos mates en la plazita del barrio.

No quiero que nos refugiemos en los “pero”,
quiero que tengamos ganas de intentarlo.

No quiero que etiquetemos lo que sentimos,
quiero que nos permitamos sentir.

No quiero que nos gane la monotonía,
quiero que nos animemos a vivir una aventura nueva cada día.

No quiero que nos poseamos,
quiero que nos acompañemos.

No quiero una vida juntxs,
quiero que disfrutemos cada instante del recorrido.

No quiero que vayamos a medias.
Si vamos a ir
quiero que vayamos por todo
aún sabiendo que también
existe la posibilidad de que podamos
fallar.