Monotonía cero

Apostamos mal en todas las estaciones;
15, 35, 50 minutos para barajar una respuesta
que ni siquiera mañana tendrá sentido.

Se te subió el domingo a la cabeza
y me arrastraste al inframundo
de las siestas sin sueño
y a desaparecer entre el humo del cigarrillo
y el humo de tus promesas incumplidas.

Ya sé,
no es tu culpa.
Pero dale, sólo pretendo un poquito de responsabilidad
para que admitas que se te da por llamarme
cuando te sentís demasiado solo
y buscas taparle la boca a tus fantasmas.

Repito: no es tu culpa.
Es difícil ignorar mis expectativas
cuando te engancho colgado mirándome
desde la mesada donde preparás el mate
y me pedís que te cante otra de CCR
y le “susurrás” a Ringo bien fuerte como para que no se me escape
shhh! No ladres, que mamá nos va a dar un show”.

En el medio, ese cóctel explosivo
que nos cae mal
pero, de todas formas, elegimos ingerir:
distancia,
mientras tanto,
hasta la próxima,
vamos viendo,
cuando tengas ganas,
silencio,
escribiendo…,
borrar,
escribiendo…,
arrepentimiento,
escribiendo…
me voy a dormir,
que descanses”.

¿Y qué querés?
Cuanto más quiero salir
el bucle se alarga en los extremos
y en algún punto de esas múltiples rotondas
volvemos a coincidir:
ni vos me dejas pasar
ni yo intento esquivarte y seguir de largo.

Establecimos tolerancia CERO con la monotonía
y, sin embargo, cuando ya no quedan vestigios del sol
nos acurrucamos en la esquina del sillón
donde todavía se puede apreciar una porción del cielo
e improvisas baladas que, después de un rato,
parece que la supiéramos desde siempre
mientras te miro acariciar la guitarra
quizás como nunca te animaste a hacerlo conmigo
aunque por dentro te mueras de ganas.

El sinsentido es total,
incluso mañana.
Te quiero
pero te merecés mucho más que esto”.
Y no me dejas decirte,
no querés escuchar,
ni entender
que el merecimiento también es subjetivo:
vos te empecinaste en que sos muy poco
y yo estoy segura
que sos mucho más de lo que alguna vez imaginé
aunque a veces solo nos salga
estar juntxs en la monotonía.

Deja un comentario