Lo no dicho no se desvanece junto a los rostros del pasado. Sólo se adormece, esperando el momento inoportuno para volver a despertar y recordarnos que todavía sigue ahí, germinando, multiplicándose porque no supimos cortarlo de raíz.
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Casi
Crecer también es reconocer que para acercarse al final del recorrido hay que animarse a dejar personas atrás aunque soltarle la mano sea lo más doloroso del aprendizaje.
El infinito del azul
Quise llegar al infinito del azul y el encuentro con la inmensidad fue letal.
Volver a dormir, volver a soñar(te)
Estos tiempos dificultan la posibilidad de conciliar el sueño, pero a veces (muy pocas veces) el milagro de cerrar los ojos y lograr sumergirse en ese trance sucede y permite breves reencuentros que en la memoria serán eternos.
El sueño de Susanita
No todos los cuentitos románticos son felices y las hadas madrinas se jubilan después de dar el sí.
Bajar la guardia
Bajar la guardia no siempre es perder: quitarse la armadura también es un forma de enfrentar nuestras inseguridades y ganarles, al menos, por un ratito.
Resabios de una despedida
Dicen que el tiempo de nuestros relojes no es el mismo al de nuestras almas. En cada despedida, podemos ver su verdad.
Pinta entera quiero yo
No quiero que vayamos a medias.
Si vamos a ir
quiero que vayamos por todo
aún sabiendo que también
existe la posibilidad de que podamos
fallar.
La suma
Somos la suma de todas las veces que nos rompimos
y nos volvimos a armar;
la suma de todas las ocasiones que nos dijeron que no
pero también de las escasas oportunidades que obtuvimos el sí.
Los mil mañanas por venir
Un día de estos me voy a morir planificando. Sólo espero que cuando llegue ese día mi lista de pendientes esté saldada.
Huecos de magia 